12 de abril de 2012

¿Cómo perder una elección presidencial en 10 días?

Jaime Duarte Mtz., 
Analista sociopolítico y consultor en imagen política



Todo buen experto en campañas sabe que existen errores (imperdonables) que, una vez cometidos en la contienda, no sólo serán ya muy difíciles de enmendar, sino que influirán de manera negativa en el resultado final de la elección.
Pero dentro de los partidos existen "especialistas" cuya soberbia intelectual arruina la campaña aún antes de iniciar. Su acendrada sordera y ceguera política elevan la magnitud del desastre; no hacen otra cosa más que estorbar y acelerar, con ello, la estrepitosa derrota de su candidato.
A continuación brindo 15 tips para conseguir estropear una campaña política, desalentar el "voto duro" y... perder la elección fruto de la suplantación de profesionales y de las decisiones de "asesores" neófitos:



1. Destroce a los compañeros de su partido en la competencia interna; espíelos y hable mal de ellos frente a los medios. De este modo podrá "contar" después con su "apoyo" irrestricto tras su nominación. ¡Total! Es mejor ganar antes a como dé lugar y, luego, disculparse con ellos.


2. Divida al partido con "imposiciones" venidas de la dirigencia y postule candidatos de dudosa reputación. La "disciplina" y obediencia están primero que la sensibilidad, el consenso y el sentido común de la militancia pues, para eso lo eligieron líder del partido, ¿verdad? Marcar rumbo, dirección...


3. Nombre coordinador de campaña a su brother u "operador político" que facilite las negociaciones en su equipo de campaña y lleve en paz la fiesta en el "cuarto de guerra". Si falla, nómbrese a usted el "jefe" de la misma. La idea es que se vea que usted tiene todo articulado y bajo control del "fuego amigo".


4. Organice la toma de protesta "masiva" del candidato y menosprecie a la militancia en el acto. Sí, llegue y comience siempre tarde sus actos ya que sus fans "son incondicionales" y los ciudadanos lo esperarán el tiempo que usted guste (pese al sol o a la lluvia); para eso les pagamos el camión y les damos la despensa o el lunch, ¿no?


5. Contrate a despachos de "imagen" sin experiencia laboral ni formación académica que prescindan de metodología y ciencia en su quehacer. No importa que su vestuario cambie todos los días de estilo ni que su teñido de cabello se modifique varias veces también. Todos le dirán que se ve "radiante", joven y bello(a). ¿A quién le gusta verse diario igual?


6. Olvide definir la estrategia de campaña, el posicionamiento del candidato, la oferta política, el mensaje y las necesidades de su público meta desde el principio. Así, el público elector -entre los cuales están los llamados "indecisos"- tendrá "claro" qué propone y a dónde va. Dará "rumbo" y "dirección" plena a su campaña.


7. Guíe entonces su campaña mejor por lo que "le late", con base en su puro "ojímetro", lo que le dice su familia o su almohada. Tome así decisiones sin cálculo ni estrategia previa. Niegue o desprecie entonces los resultados de los estudios de opinión, pues sólo las empresas demoscópicas que usted contrató dicen la verdad acerca de usted. ¡Ah! y repítase todos los días: "Espejito, espejito: ¿verdad que soy el más bonito"? 


8. Descuide todos los Frentes Estratégicos de Batalla Perceptual; no todos son importantes. Además... no hay dinero que alcance para invertir en profesionales que se enfoquen en cada una de estas áreas y elaboren así su discurso, construyan su sitio web, armen la defensa del voto, diseñen su propaganda, redacten boletines de prensa, etc.


9. Pida al equipo de diseño que elabore sus distintas piezas de comunicación sin guardar una identidad gráfica entre sí ni coherencia con su mensaje. No pasa nada si el material visual como flyers, espectaculares, folletos, etc. son distintos en la foto, imágenes, logo... así se entienden..


10. Transmita spots de su campaña centrados sólo en usted, en su persona y en sus logros individuales. Deje en claro a todos que "nadie le regaló nada", que su éxito es únicamente gracias a usted y que por ello merece gobernar. O bien: a) ofrezca su mano franca a la ciudadanía en señal de reconciliación (sin pedir expresamente perdón) para que le crean, aunque apoye a grupos ultra radicales que paralicen la ciudad; b) búrlese de sus rivales pero no de quien le designó (democráticamente) y ¡nunca pida el voto en su favor!


11. Rompa con el gobierno en turno, sobre todo si es de su mismo partido. Los ciudadanos entenderán -nítidamente- que usted es un candidato "diferente", mejor... ¡excepcional! Cuando desee usted destacar los beneficios que el elector recibirá al votar por su fórmula, tendrá una buena referencia y justificará mejor su deseo de "cambio" o "continuidad". ¡Ah! De vez en cuando diga algo "bueno" de este para no confundir a la oposición.


12. Despreocúpese porque su candidato se muestre incompetente cuando le pregunten algo sobre cultura general, se vea débil o enfermo (por la presión, claro), desconfiable por sus antecedentes o hasta simpático para el cargo al que aspira. La realidad es que usted "es la mejor opción" por sus atributos, competencia o experiencia. Quizá despierte así más certeza, confianza, simpatías o compasión. ¡Nadie es perfecto! Eso sí: No olvide calificar de "pelusa" al pueblo; no sabe este reconocer su propio valor personal.


13. Informe a la opinión pública "sus" logros de gobierno con cifras polémicas o promesas incumplidas para ser acusado de "mentiroso". "¡Caray! ¿Quién se va a tomar la molestia de investigar la verdad y revisar si cumplí o no tales compromisos? ¡Qué flojera! Los medios de comunicación sólo ven lo malo de mí y no reconocen mi trayectoria impecable, ganadora y austera".


14. Hable de todos los temas sin orden ni consistencia, como los sienta, y responda todas las preguntas de la prensa; al fin y al cabo todos se acordarán de sus propuestas y recordarán mejor qué dijo. Por lo mismo, diga qué propone pero no cómo lo hará pues podrían "fusilarse" sus iniciativas, se le acabará el discurso y ya no podrá argumentar nada para debatir. 


15. Tómese todo el tiempo que quiera en intentar justificar por qué la campaña va mal. Señale adentro y afuera a los culpables de su situación, culpe a la prensa y no se asuma como responsable. Exprese verbalmente que todo está bajo control, que el "golpe de timón" fue a tiempo y que todo marcha de maravilla, aunque su lenguaje corporal (voz, gestos, ademanes, postura, actitud, vestuario... digan otra cosa.


Cualquier parecido con la realidad... 


¿Ya puede vislumbrar con estos tips quién ganará o quiénes perderán el 1º de julio?


Continuará...

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